lunes, 17 de octubre de 2011

RADIACIÓN DE CUERPO NEGRO

Cuando se estudió la relación entre la temperatura y la gama de longitudes de onda emitidas por un cuerpo negro, se comprobó que los resultados experimentales y los predichos por la física clásica no se ajustaban. En la siguiente figura se ilustran las curvas experimentales de distribución de energía según longitud de onda para distintas temperaturas:

Se observa que la cantidad total de energía emitida es tanto mayor cuanto más alta es la temperatura, y además la radiación de intensidad máxima se desplaza hacia longitudes de onda cortas a medida que aumenta la temperatura.
Cuando se intentó dar una explicación física basada en el modelo clásico a estas curvas de distribución de energía, se llegó a un completo fracaso. A grandes longitudes de onda, los modelos clásicos proporcionan datos concordantes con los experimentales, pero a longitudes de onda cortas se producen grandes discrepancias ya que según el modelo clásico cuando la longitud de onda tiende a cero  la intensidad de la energía emitida por el cuerpo tiende a infinito, lo cual es imposible.
Tratando de resolver el problema, Max Planck propuso en 1900 una fórmula empírica para explicar la radiación del cuerpo negro que coincidía con las curvas experimentales en todo rango de longitudes de onda. Para ello previamente se vio obligado a abandonar una de las ideas fundamentales de la teoría electromagnética clásica y proponer una revolucionaria hipótesis según la cuál la energía electromagnética no se intercambia de manera continua con la materia, sino en cantidades discretas, cuyo valor depende de la frecuencia de la radiación y de una constante universal:
E = nhυ

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